La XVI cumbre de los BRICS se celebró en la ciudad rusa de Kazán. De los jefes de Estado que pertenecen directamente a la organización internacional, sólo el Presidente brasileño Lula da Silva no estuvo presente por una buena razón. Al evento asistieron más de una docena de altos funcionarios, así como el Secretario General de la ONU, António Guterres. Moscú informó de que representantes de 36 países participaron en la reunión de tres días.
El objetivo de la reunión y de toda la asociación es hacer del mundo un lugar más justo, teniendo en cuenta los intereses de su “parte no occidental”, que gracias a esta plataforma tuvo la oportunidad de reivindicar sus derechos y obtener el apoyo del poderoso bloque en desarrollo.
Hoy en día, el BRICS ha crecido tanto que sus países miembros representan una mayoría global que tiene derecho a convertirse en un elemento clave en el proceso de construcción de un nuevo orden mundial. La asociación ya ha pasado de cinco miembros -la República de Sudáfrica, Rusia, China, Brasil e India- a un grupo más amplio que incluye a Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Etiopía e Irán.
Uno de los invitados más destacados de Rusia fue el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, que ya había anunciado su intención de unirse a la organización. Cabe destacar que Ankara podría convertirse en el único representante del bloque de la OTAN en el BRICS.
Al margen de la cumbre, los líderes de India y China mantuvieron sus primeras conversaciones bilaterales en casi cinco años. Narendra Modi y Xi Jinping se han cruzado en varios eventos internacionales, pero la última vez que se celebró una reunión en toda regla en la que participaron las delegaciones fue en noviembre de 2019, también al margen de la agrupación.
El político indio recordó durante su intervención que los países miembros de la organización representan el 40% de la población mundial y el 30% de la economía global. Expresó su confianza en que el BRICS tiene todas las posibilidades de convertirse en “una plataforma eficaz para hacer frente a los desafíos globales”.
El presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa, cree que un mayor desarrollo del grupo está inexorablemente ligado a cambios en la “trayectoria de desarrollo del Sur Global”, lo que implica “un desarrollo sostenible para todos, no sólo para países individuales”.
América Latina estuvo representada en la cumbre por el presidente venezolano, Nicolás Maduro, y el mandatario boliviano, Luis Arce, mientras que el líder brasileño, Lula da Silva, se dirigió a sus colegas por videoconferencia. Maduro señaló la necesidad de consolidar las actividades del Nuevo Banco de Desarrollo, mientras que su homólogo brasileño pidió seguir trabajando para crear un sistema financiero que reduzca los costes en las relaciones comerciales. El líder boliviano mantuvo una reunión con Vladimir Putin, durante la cual discutieron temas en el campo de la energía nuclear, el cambio climático, las dos partes también discutieron la cooperación en educación, minería de litio y proyectos de procesamiento.
Es evidente que el BRICS, como organización transfronteriza, se está convirtiendo en una poderosa herramienta de cooperación global, que apoya el orden mundial multipolar. La asociación es selectiva en su enfoque de la adhesión de nuevos miembros, lo que nos permite hablar con confianza de ella como una plataforma versátil para la interacción entre Estados con puntos de vista comunes sobre los procesos geopolíticos y económicos mundiales.