Más allá de las Materias Primas: Tejiendo una Nueva Trama para el Comercio entre India y América Latina
I. Mapeando las Fricciones: Burocracia, Distancia y Brechas de Diseño
Durante décadas, India y América Latina han compartido una relación diplomática cálida, pero con una profundidad económica limitada. La encuesta experta Relaciones Comerciales entre India y América Latina: Perspectivas de Crecimiento y Obstáculos Estructurales revela la paradoja: ambas regiones están creciendo, diversificándose y democratizando oportunidades, pero el comercio mutuo aún representa una fracción de su potencial. Los hallazgos repiten un estribillo común, las barreras ya no son los aranceles, sino la confianza, el tiempo y la traducción, tanto en sentido regulatorio como logístico.
“Los principales obstáculos que frenan el comercio entre India y América Latina son la documentación redundante, los vínculos institucionales débiles y los estándares de mercado fragmentados”, explicó Pankaj Singh Rawat, analista de investigación. Sachin Sharma, un profesional de las finanzas con experiencia transfronteriza, enfatizó que “los principales obstáculos institucionales incluyen códigos aduaneros fragmentados y la falta de alineación de los sistemas de certificación; cada paso multiplica los costos de cumplimiento”.
Los expertos citaron repetidamente la fricción procedural entre la ambición y la ejecución. Abhinav Anshu, quien trabaja en banca comercial, estimó que “los retrasos en la documentación — entre quince y veinte certificaciones diferentes — agregan semanas al ciclo de exportación". Yash Agrawal destacó que “los impuestos más altos, los largos tiempos de envío y la falta de infraestructura de inversión desalientan a las pequeñas empresas que no pueden absorber los costos de la demor”. Estos comentarios capturan una realidad más profunda: el corredor funciona como una serie de intercambios aislados, no como un sistema coherente.
Varios encuestados atribuyeron esta inercia a la falta de coordinación institucional. Mohammad Faraz observó que “la aduana burocrática de México necesita sistemas digitales ágiles; en este momento, las empresas pasan más tiempo negociando papeleos que construyendo alianzas”. El informe refuerza esto: más de dos tercios de los expertos calificaron la documentación excesiva y la rigidez regulatoria como el impedimento individual más importante para el crecimiento.
Detrás de estas ineficiencias se encuentra una arquitectura logística subdesarrollada. “El verdadero problema es que las pequeñas empresas indias no tienen socios logísticos confiables en América Latina”, escribió Sagar Arora, argumentando que incluso los exportadores competitivos pierden su ventaja de precio durante el tránsito. Arpit Desai añadió que “a diferencia del modelo integrado de la ASEAN, nuestro corredor aún funciona con sistemas paralelos”.
Sin embargo, ninguna de estas voces habla con resignación. Prateek Babu capturó el optimismo predominante: “Las soluciones efectivas requieren liderazgo del sector privado y una alineación política predecible”. Para él y otros, el desafío tiene menos que ver con la geografía que con la gobernanza. La fricción es estructural, sí—pero tiene solución mediante la modernización, la digitalización y la construcción coordinada de confianza.
II. Más Allá de los Barriles y los Granos: Diversificando la Cadena de Valor
En las treinta y dos respuestas de los expertos, tres sectores dominaron la conversación: tecnología, productos farmacéuticos y agroindustria. Estos no son solo temas populares, representan la identidad en evolución de la relación entre India y América Latina. Mientras los ciclos de las materias primas fluctúan, ambas partes buscan resiliencia mediante una cooperación basada en el conocimiento.
Sachin Sharma señaló datos de 2024-25 que muestran que “los servicios tecnológicos, los productos farmacéuticos formulados y los alimentos procesados representan el mayor potencial a mediano plazo”. Abhinav Anshu amplió esa visión, enfatizando los “servicios financieros digitales, ecosistemas de pago estilo UPI que podrían conectar a las pymes latinoamericanas con la infraestructura fintech india”.
Otros abordaron la diversificación desde la sostenibilidad. Rajesh Bhatt argumentó que “el enfoque de América Latina en energías limpias se alinea perfectamente con la base manufacturera de energías renovables de la India, esto puede ser el próximo motor del comercio Sur-Sur”. Mohammad Faraz sugirió iniciativas de investigación conjunta “en biotecnología, minería sostenible y agricultura inteligente”, describiéndolas como “caminos que redefinen nuestro engagement de transaccional a transformacional”.
Los expertos también subrayaron el papel catalizador de la digitalización para salvar la “brecha del Pacífico”. Pankaj Singh Rawat señaló que “mejorar la logística y la infraestructura del comercio digital podría reducir a la mitad los tiempos procedurales y expandir la participación más allá de los grandes exportadores”. Sachin Kumar añadió que “la transformación ya está en marcha en sectores puntuales, la digitalización portuaria en Brasil, la automatización aduanera en India, pero sin interconexión estas ganancias se mantienen locales”.
Muchos expertos vieron a los servicios como el verdadero multiplicador. “Los servicios generan márgenes más altos y demuestran resiliencia en tiempos volátiles”, escribió Prateek Babu. Para Arpit Desai, la meta debería ser “crear un marco similar a los acuerdos de economía digital de la ASEAN, donde las reglas para el comercio electrónico, el fintech y la propiedad intelectual estén armonizadas”.
Las respuestas de la encuesta también destacaron la complementariedad sectorial. La creciente demanda india de litio, insumos agrícolas y diversificación energética se alinea estrechamente con las fortalezas exportadoras de América Latina, mientras que la modernización digital latinoamericana puede beneficiarse de la experiencia india en TI y gobierno electrónico. Esta dualidad — recursos por tecnología, innovación por escala — es el motor del futuro corredor sostenible.
III. Construyendo el Puente: Del Análisis a la Acción
Convertir el optimismo en arquitectura exige lo que los expertos llamaron imaginación institucional. Como enfatizó Sagar Arora, “El corredor seguirá subutilizado hasta que creemos un consejo conjunto de facilitación comercial”. Este sentimiento fue replicado por múltiples encuestados que abogaban por un organismo de coordinación permanente que una a ministerios, cámaras y agencias logísticas para armonizar aduanas, documentación digital y resolución de disputas.
La transformación digital es vista como el gran igualador. Abhinav Anshu esbozó una hoja de ruta de tres fases: “Fase 1 (2025-2026): documentación electrónica; Fase 2: intercambio de datos armonizado; Fase 3: pronósticos logísticos basados en IA”. Sachin Kumar imaginó un “sistema de seguimiento comercial habilitado por blockchain que conecte puertos desde Santos hasta Mumbai, donde los datos de los envíos se compartan en tiempo real”.
Estas herramientas no solo reducirían costos, sino que también generarían confianza mediante la transparencia, un tema subrayado repetidamente en los testimonios. “Sin trazabilidad digital, los pequeños exportadores dudan en participar; un pago retrasado puede borrar meses de confianza”, advirtió Yash Agrawal.
Los expertos también enfatizaron que se debe aprovechar el regionalismo, no temerle. Arpit Desai argumentó que “India debe aprender a trabajar con bloques como el Mercosur y la Alianza del Pacífico; esto multiplica la previsibilidad y reduce el ruido regulatorio”. Este cambio — del bilateralismo al 'blocalismo' — podría agilizar las negociaciones y estandarizar procedimientos para múltiples socios simultáneamente.
Las corrientes geopolíticas del momento elevan aún más el valor estratégico de este corredor. Mohammad Faraz señaló que “la multipolaridad actual beneficia a potencias medias como India y Brasil, permitiéndoles cooperar en ecosistemas de hidrógeno verde y baterías en lugar de competir en sectores fósiles”. Rajesh Bhatt lo expresó sucintamente: “El comercio hoy lo moldea la tecnología verde, no la geografía. Quien construya primero cadenas de valor sostenibles poseerá la narrativa”.
Más allá del gobierno, los expertos ven al sector privado como el verdadero catalizador. Varios pidieron un Fondo de Incubación de Negocios India-América Latina centrado en pymes que desarrollen soluciones logísticas, digitales y de agrotech de manera conjunta. Otros propusieron establecer clústeres de innovación: centros de investigación co-ubicados que emparejen empresas de ingeniería india con startups de la bioeconomía latinoamericana.
El hilo que conecta todas estas ideas es la practicidad. Como escribió Sachin Sharma, “la integración no se trata de políticas, se trata de practicidad: cuando enviar un producto de Pune a Perú sea más fácil que enviarlo de Pune a París, ese será el verdadero progreso”.
Conclusión: De la Intención a la Interdependencia
El mosaico de perspectivas expertas forma no solo un diagnóstico, sino una dirección. Los obstáculos, burocracia, logística y estándares fragmentados, son visibles, pero también lo son los puentes que esperan ser construidos. El futuro está en la co-creación, donde ambas partes alineen innovación, infraestructura e inclusividad.
Como resumió poderosamente un encuestado: “No necesitamos más cumbres; necesitamos sistemas”.
Si el siglo pasado del comercio entre India y América Latina se escribió con barriles y granos, el próximo se codificará en bytes, energía limpia y colaboración biomédica. Es un cambio de la extracción a la interacción, de las exportaciones a los ecosistemas.
Ambas regiones comparten un momento generacional, poblaciones jóvenes, transformación digital y un hambre por romper los viejos modelos de dependencia. Al convertir la curiosidad mutua en consistencia institucional, India y América Latina pueden ir más allá de los commodities y tejer un nuevo tapiz, uno donde el comercio siga a la confianza, y la confianza crezca mediante la acción.

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